En el plano político y social se puede observar como parte de la sociedad se encuentra plenamente polarizada. Movimientos que en la actualidad están asociados a la denominada nueva izquierda han alcanzado gran notoriedad en los últimos tiempos. Ejemplos de ellos son el feminismo, el antirracismo, el antiespecismo y el ecologísmo. En oposición a algunos de estos movimientos se encuentran partidos de extrema derecha o movimientos conservadores como la derecha alternativa o alt right, movimiento que tiene cierta relevancia en Estados Unidos.
En ocasiones se puede observar como personas se posicionan respecto a un tema en concreto sin antes haber hecho una valoración concienzuda y razonada. Ya se sabe, es menos costoso leer un comentario en Twitter del influencer de turno que leerse un libro sesudo de Gustavo Bueno o Karl Popper. Los temas sobre los que muchas veces nos pronunciamos y nos tenemos ni la menor idea pueden ser tan variopintos como el aborto, la inmigración ilegal o la denominada violencia de género. Nos solemos posicionar respecto a estos asuntos dependiendo del espectro político del que formamos parte.
En la plataforma Youtube hubo una proliferación de Youtubers que se posicionaron contra el feminismo radical, los social justice warriors, lo politicamente correcto y el posmodernismo en general. Son un grupo de personas que de manera autonoma decidieron protestar contra una ideología que consideraron dominante y de la que era muy difícil disentir en los medios de comunicación tradicionales sin que te tacharan de racista, misógino o machista. Pues bien en ese mismo grupo pude observar como se tenía una actitud beligerante con aquellos miembros que decidían adoptar una postura más equidistante y en algunos aspectos se salían del discurso que se había creado entre ellos. A estos miembros se les solía tachar de vendidos, tibios, infiltrados o disidencia controlada. ¿Se había creado entre ellos una ideología con algunos de los rasgos que denunciaban en la ideología con la que intentaban luchar? Aunque este no es el caso, en ocasiones grupos que intentan luchar contra una ideología dominante acaban creando otra ideología igual o peor que la ideología contra la que intentaban luchar.
Es completamente lógico tener una opinión respecto a los asuntos que nos rodean, ¿Pero que ocurre cuando tenemos una opinión respecto a un tema solo porque forma parte del pack ideológico de un grupo al cual pertenecemos? ¿Se puede hablar en este caso de tener una ideología en vez de unas ideas propias?
El psicólogo Adrián Triglia, director editorial de Psicología y Mente, en su artículo ¿Qué es la ideología? comenta que hay una definición clásica de ideología, a saber: un sistema de ideas fundamentales que definen un modo de pensamiento político, religioso, cultural, identitario, etc. propias de una persona o colectividad.
Barry Purcell en un artículo mordaz que escribió en la página Proyecto Karma describe seis puntos que muestran la forma en que razonas cuando te dejas llevar por alguna ideología:
Primero: Tu criterio de validez de las pruebas para la información que confirme tus opiniones es mucho más bajo que para la información que contradice tus opiniones. Es decir, respaldas la información que está a favor de tu ideología, pero ignoras la información en contra.
Segundo: Te tomas los ataques a tu ideología como un ataque personal. Esto en ocasiones provoca que se produzcan entre los contertulios discusiones que no llegan a ninguna parte basadas en el ad hominem y otro tipo de falacias.
Tercero: No quieres aprender nada de una persona que está en contra de tu ideología, independientemente del tema que estéis tratando. En este punto no aceptaras la opinión de alguien que sea contrario a tu ideología, aunque el tema tratado sea ajeno a esta.
Cuarto: Consideras que cualquier hecho confirma tu teoría. Aquí no hay punto de retorno, ya que interpretas la información que te rodea de manera sesgada y en base a que reafirme tu propia idea del mundo.
Quinto: Crees que hablas en nombre de todas las personas que deberían tener la misma ideología que tú. Barry Purcell en este punto comenta el caso de Black Lives Matter, en la que miembros de este movimiento creen hablar en nombre de todas las personas de raza negra cuando en realidad hay un mayor porcentaje (64%) que optan por el “All lives Matter”. En el caso de algunas feministas también suele darse un caso parecido, ya que que creen hablar en nombre de todo el colectivo de mujeres.
Sexto: Juzgas de la peor manera posible a quien no este a favor con tu ideología. Te creas una opinión negativa y generalizada de una persona que no concuerda con tu ideología solo porque piensa de manera diferente.
Desde un punto de vista psicológico se pueden entender las ideologías como la acumulación de una serie de sesgos cognitivos que nos llevan a captar la realidad de una manera distorsionada. El concepto de sesgo cognitivo fue introducido por Daniel Kahneman y Amos Tversky en 1972 y se puede definir como una interpretación errónea de la información que influye en nuestros pensamientos, en los juicios que emitimos y en nuestras tomas de decisiones. A continuación, voy a mostrar una serie de sesgos cognitivos que pueden intervenir en la adquisición de una ideología.
Sesgo de confirmación
Es la tendencia que tenemos las personas a buscar y seleccionar la información que confirma nuestras propias creencias, lo que nos llevaría a descartar y no dar importancia a las ideas que nos contradicen. Por eso es tan difícil llegar en un debate a una conclusión en común con una persona que tiene una ideología muy arraigada, si nuestras opiniones son opuestas a las suyas.
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Esto sesgo consiste en sacar conclusiones sobre una persona en base a una sola característica de ella. Un ejemplo sería en pensar que una persona es estúpida por ser de derechas o llegar a la conclusión que alguien no tiene ni idea de economía por tener pensamientos asociados a la izquierda.
Pensamiento dicotómico
Pensamiento de blanco o negro, aquí no hay grises, no hay término medio. En el plano político un ejemplo típico sería el dilema intervención estatal o libre mercado o la dialéctica típica de opresor/oprimido que se da en ciertos sectores de la izquierda posmoderna basada en categorías identitarias como homosexual/heterosexual, hombre/mujer, o blanco/negro.
Falacia de las emociones
Considerar las emociones propias como pruebas de que estamos en lo cierto alejándonos de las conclusiones objetivas. El razonamiento sería algo así como: yo me siento mal respecto a este tema por lo tanto la razón la tengo yo. El razonamiento emocional lo usaba Greta Thunberg en sus ponencias.
Sesgo endogrupal
Cuando estamos inmersos en una ideología en concreto, pasamos a formar parte del grupo que comparte la misma ideología que nosotros, por lo que nuestro grupo se denomina endogrupo y los grupos externos al nuestro se denominan exogrupos. Hay una tendencia a valorar a nuestro endogrupo con rasgos positivos y al exogrupo con rasgos negativos. También se suele ver a los miembros del endogrupo como más heterogéneos y a los miembros de los exogrupos como más homogéneos, lo que hace se generen prejuicios y estereotipos negativos hacía los exogrupos.
Conclusiones
Nuestro cerebro ante la gran cantidad de información que tiene que procesar debido a la complejidad del mundo que le rodea, tiene la necesidad de reducir esa información creando unos heurísticos mentales que nos ayudan a desenvolvernos. Se podría decir que los seres humanos no hemos evolucionado para hallar ningún tipo de verdad sino más bien para sobrevivir, de ahí la formación de algunos de estos sesgos cognitivos. Es inevitable tener sesgos cognitivos. El problema viene cuando solo interpretamos el mundo en base a estas distorsiones cognitivas que nos llevan a tener una imagen tan alejada de la realidad que puede facilitar que nos sumerjamos en una ideología en concreto. La pregunta que yo planteo sería ¿Es moralmente malo que un grupo de personas tengan una ideología en particular? Desde mi punto de vista yo pienso que en principio no, siempre y cuando esas personas no le hagan daño a nadie, ni dañen a los miembros de su propio endogrupo. La mejor manera de contrarrestar los pensamientos ideológicos es con espíritu crítico, con datos, con pensamiento cientifico y ante todo mucha paciencia.