Si hay algo que se superpone a las modas es la leyenda negra antiespañola esa degeneración grotesca de la historia de España, o mejor dicho, de la historia del imperio español. Es una forma de propaganda política consistente en la exageración de cualquier hecho negativo imputable al imperio español y la desaparición de cualquier acto positivo u honorable que se le pudiera otorgar a la historia del imperio español. Esta forma propagandística antiespañola tuvo un éxito muy alto y es perfectamente entendendible en el contexto de un imperio hegemónico y una serie de poderes subalternos emergentes que quieren acabar con la unipolaridad, principalmente Inglaterra, Holanda y Francia. Pero si no nos puede llamar la atención la aparición del discurso negrolegendario en ese contexto geopolítico, en cambio su vigorosidad en los tiempos actuales es cuanto menos reseñable. España dejó de ser un imperio hace mucho tiempo, de ser hegemónico hace mucho más y, lamentablemente, todo parece que se encamina hacia dejar de ser España. Entre otras cosas por la leyenda negra claro.
Para entender la formación de este argumentario antiespañol no podemos dejar de guardar un lugar de honor para el padre de las Casas, hagamos un pequeño repaso biográfico.
Fray Bartolomé de las Casas nació en Sevilla en 1474 donde se formó en latín y humanidades y, desde donde partió por primera vez a América en 1502 hacia la isla La Española. Fue el primer sacerdote ordenado en América en 1510 y partió hacia Cuba dónde obtuvo su primer repartimento de indios. En torno a 1514 su conversión en defensor de los indios parece haberse completado y vivirá una vida entre la Corte en la Península y América predicando su Brevísima relación de la destrucción de las Indias dónde dejará constancia de todos los abusos cometidos por los españoles frente a los indios (exagerados, inventados pero, sobre todo, sacados de contexto siempre).
Dicha obra fue publicada en 1552 de forma ilícita y no buscada por su autor y a lo largo del siglo XVII (en pleno apogeo del imperio) fue divulgada por toda Europa en más de 50 ediciones. Fue traducida al latín, francés, holandés, inglés y alemán, sirviendo como eficaz propaganda para los enemigos del imperio español. Más tarde tuvo una segunda juventud a partir de 1801 cuando el texto se reeditó con profusión en América para animar las guerras de independencia hispanoamericanas. Casi nada. Dime quién te usa y te diré lo que eres.
Hemos visto que su obra se convirtió en un catecismo antiespañol que se difundió con profusión entre todo aquel que se opusiese al imperio. Veamos ahora unos ejemplos de sus frases donde muchos podrán asombrarse de lo contemporáneas que nos parecen:
“Todas estas universas e infinitas gentes a todo genero crió Dios los más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimos y fidelísimas a sus señores naturales e a los cristianos a quien sirven. Más humildes, más pacientes, más pacíficas e quietas, sin rencillas ni bolliciosos, no rijosos…” De esta manera definía a las poblaciones originarias, un entramado de bondades sin mácula.
“En estas ovejas mansas, y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos e tigres cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, sino despedazallas, matallas, angustiallas, afligillas, atormentallas y destruillas por las entrañas y nuevas e varias e nunca vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad.”
Cómo podemos ver si el padre de las Casas consiguió algo fue ser la base para la leyenda negra antiespañola, cuyo documento se recuperó cada vez que los enemigos de España necesitaron despertar el sentimiento antiespañol para luchar frente a los interés geoestratégicos de España y que todavía a día de hoy explica la retirada de estatuas, el auge del indigenismo romántico y buena parte de los argumentos en que se basan los nacionalismos periféricos que quieren finalizar el proyecto histórico español. Si con Fernando el Católico se inició el proyecto político de España, con Fray Bartolomé de las Casas se inició los argumentos que terminarían con el imperio y veremos a ver si con España.