La pandemia del Covid-19 ha demostrado la gran cantidad de fisuras que tienen los Estados tanto en lo económico, político y social, gran parte de nosotros fuimos testigos de la falta de servicios básicos como la salud, el agua o la educación. Lo anterior, genero una presión por parte de la ciudadanía a sus autoridades para que tomen las mejores soluciones en medida de lo posible. Sumando en que varios países tenían programadas elecciones nacionales como locales, creando un ambiente político de tensión respecto a cómo hacer las campañas.
Llevar a cabo una elección en plena pandemia es una gran interrogante no solo para el cuerpo político de cada país, sino que al gobierno de turno como al organismo electoral correspondiente. ¿Qué debemos hacer? ¿Llevamos a cabo nuestros compromisos cívicos? ¿Qué pasa si generamos un nuevo foco de contagios? Son preguntas que se deben hacer los encargados de la toma de decisiones. El objetivo de esta columna es mostrar una dimensión general de lo que puede pasar al momento que un país decide realizar sus elecciones.
Las medidas sanitarias básicas como el distanciamiento social, el constante lavado de manos y el uso de mascarillas deben estar presentes en el día de la elección, pero no podemos dejar de estudia las actividades del periodo pre-eleccionario que son fundamentales para la participación ciudadana el día de la votación, tales actividades como: las campañas en terreno, la realización de encuestas de opinión pública y actos informarles como el acarreo de votos. Incluso podemos entender desde ya que los candidatos incumbentes tienen una mayor probabilidad de ganar la reelección dependiendo de su gestión en la pandemia en contraste con los candidatos desafiantes que deben modificar la forma de hacer su campaña (Quarcoo, 2020).
Ahora debemos saber los posibles riegos que pueden ocurrir en caso que realizar una elección, según IDEA (2020) los riesgos pueden afectar a la reputación de las instituciones que toman decisiones sobre los procesos electorales; un riesgo político, ya que la competencia electoral se desbalancea entre los candidatos incumbentes versus los desafiantes; un riesgo financiero, donde el dinero que se invierte no puede ser reembolsado; un riesgo operacional, ya que es complicado generar una nueva fecha del proceso electoral y por ultimo un riesgo legal, ya que la elección puede ser impugnada por algún agente político disconforme con el resultado final, sumándole a la falta de observadores electorales.
En Spinelli (2020) nos entrega el caso coreano que se pudo catalogar como exitoso bajo la pandemia, explicando que fomentar el voto anticipado, un entorno seguro garantizado a la hora de votar, como las instituciones se comunicaron con el electorado explicando las formas de votación y las medidas de seguridad, la transparencia de las operaciones de votación y escrutinio que fue transmitido en todo momento en televisión y por medios digitales; por último, como los candidatos adaptaron sus campañas, a través de redes sociales, enviado sus propuestas por las diversas plataformas, mientras que otros realizaban trabajos voluntarios relacionados con la pandemia como limpiar barrios o desinfectándolos.
Con lo expuesto anteriormente, ya podemos sacar ideas generales de qué condiciones deben existir en cada país, donde la más importante es que la pandemia haya estado contenida para no desencadenar un contagio masivo; una estructura electoral sólida, donde las instituciones a cargo sean capaces de realizar un proceso eleccionario; que exista la disponibilidad de recursos adecuados para tener un entorno seguro y un ambiente político favorables, donde los agentes políticos respeten las nuevas reglas del juego y acepten sus limitaciones (IDEA Internacional, 2020).
Esto nos lleva a hacernos preguntas académicas para los años venideros, tales como: estudiar el rol de las instituciones electorales en pandemia, respecto a las medidas que tomaron para realizar las elecciones o postergarlas; la forma de hacer campaña; la participación electoral, poder conocer si algún genero tuvo mayor participación, que ramo etario, algún elector ideológico especifico; el uso de las nuevas tecnologías en campañas y en el modo de votar y por último la legitimidad de la elección.
Podemos concluir que la pandemia dejo y dejara gran marca tanto en la política practica como académica. Entender que fuimos testigos de las falencias y fortalezas de nuestras instituciones, que en gran parte de los casos deben generar una modernización o reestructuración de sus capacidades de acción. Tenemos una gran cantidad de temas que analizar y estudiar para el tiempo venidero.
Bibliografía
IDEA Internacional. (2020). Elecciones y COVID-19. Strömsborg: IDEA Internacional.
Quarcoo, A. (2020). Can Elections Be Credible During a Pandemic? Carnegie Endowment for International Peace.
Spinelli, A. (2020). Administrar elecciones bajo la pandemia COVID-19: La prueba crucial de la República de Corea. Strömsborg: IDEA.