Acción inteligentemente llevada: breve reflexión

En el quinto capítulo de la obra “La Política. Lógica y método en las Ciencias Sociales” del politólogo italiano Giovanni Sartori, se hace referencia a la acción inteligentemente llevada del hombre que verdaderamente sabe lo que hace. Sartori pretende hacer un enfoque en una acción inteligentemente llevada dentro de la acción política, dado que el plantea que el problema en que se debe profundizar es respecto a si una Ciencia de la Política es capaz de proyectarse a la acción, y cómo.

“en el nombre del arte se redime con demasiada frecuencia la ignorancia y se alienta la incompetencia. Los grandes artistas de la política contemporánea son cada vez más personajes que ignoran olímpicamente la relación entre los fines propuestos y los medios disponibles”.

Al igual que Sartori, creemos que es un grave problema el creer que la política es un “arte”, y que no existe un saber que le pueda preceder y orientar; conllevando a la errónea idea de que la política es arte y no ciencia y, por lo consiguiente, esta no puede ser enseñada.

Es importante saber que este desconocimiento sobre la Ciencia Política no solamente se da en quienes excusan sus errores en “el arte de la política”, sino también en los ambientes del ciudadano promedio, quien desconoce sobre la formación del politólogo. Sartori consideraba que “la biblioteca” (Ciencia Política) debía estar separada de la “plaza pública” (opinión pública sobre política), en ello estamos de acuerdo; sin embargo, creemos que de vez en cuando esa biblioteca debe salir a la plaza pública con una exposición ilustradora.

«cuánto mayor es esa ignorancia, tanto más fácil resulta querer (y prometer) todo y rápido.” 

La idea de prometer rápidamente, creemos que es uno de los puntos débiles en muchas democracias modernas, principalmente en aquellas que se caracterizan por el populismo; pues esto en ocasiones implica «darle a unos oídos la respuesta que quieren escuchar”, dejando argumentos vacíos al carecer de respuestas provenientes de la Ciencia. Si bien es cierto que el quehacer político requiere respuestas rápidas, esto no implica que las principales cuestiones dejen de estar en manos de la ciencia. Respecto a esto último, Sartori hace mención de la “urgencia práctica”, la cual «obliga en ocasiones a dar respuestas prematuras, sobrepasando los requisitos exigidos por el conocimiento científico, siendo un riesgo el hablar antes de saber”.

El conocimiento en Ciencia Política es vital para el entendimiento y fortalecimiento de las instituciones del Estado, a las cuales se les encomienda el cumplimiento de sus funciones −del propio Estado−. Respecto a ello, es importante señalar que en algunos Estados latinoamericanos −como México− los cargos públicos suelen ser vistos como trofeos en los que demagogos sin el mínimo conocimiento sobre la Ciencia Política y, sin encaminar algún tipo de acción inteligentemente llevada, son quienes han tendido a dirigir las acciones políticas.

La función −también una obligación moral− del Politólogo en la sociedad, creemos que es la difundir y dar a conocer que la Política no es un simple arte en el que actores sin la mínima preparación académica puedan tomar decisiones que por azar sean acertadas o no; sino por el contrario, que detrás de ella existe una Ciencia que tiene métodos con los cuales se puede encaminar a que determinada acción política surta los efectos deseados; métodos que solo el politólogo conoce y que buscan una decisión objetiva, libre de la influencia de ideologías y creencias personales −no estando en la formación académica del jurista, del economista, ni de alguna otra disciplina−.

Bibliografía

Sartori, G. (2002). La Política: Lógica y método en las ciencias sociales (Tercera ed.). (M. Lara, Trad.) México: FCE.

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