PAEC: Una ilusión compartida

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PAEC: Una ilusión compartida

En primer lugar, quiero agradecer a los editores y realizadores de este espacio de politólogos que me brinden la oportunidad de escribir aquí. Que junto

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En primer lugar, quiero agradecer a los editores y realizadores de este espacio de politólogos que me brinden la oportunidad de escribir aquí. Que junto a numerosos análisis y teorías de la realidad social que aparecerán en esta revista, den también la oportunidad de mostrar y difundir una experiencia práctica que trata de mejorar la vida de las personas en ella y donde la educación tiene un papel destacado. Gracias, pues, por ser ventana de este cambio social.

Creo que para continuar debo dar una pequeña explicación, una resumida historia, pero un largo reconocimiento a todos los que altruistamente trabajan en ella.
¿Qué es PAEC? En propiedad el Método PAEC, uno de los nombres con que está registrado, es el acrónimo de Método Peripátetico Adaptado a la Educación Contemporánea. Una metodología integral, interdisciplinar y transversal (valido para cualquier nivel y materia) en la educación reglada y no reglada, así como en la sociedad. Además de requerir escaso material y ser fácilmente adaptable.


Las características principales de la misma son:
— El movimiento, tanto físico con una carácter de liminidad iniciática, como otro más amplio y alegórico, en el cual se considera al individuo como agente plenamente consciente de su entorno y con capacidad de decidir y de actuar en él.
— Uso libre de los espacios de actuación: aulas, salas, jardines, plazas, patios…
— Educación inter pares, tratando de potenciar aquellos valores y capacidades que todos tenemos, rompiendo las tradicionales estructuras y planteamientos epistemológicos clasistas de la educación.
— Cooperación y cohesión grupal. Tanto los alumnos como los beneficiarios sociales se apoyan y ayudan de forma solidaria en estos grupos. El ser humano no quiere vivir aislado, tiene necesidad de ser valorado y escuchado. Estos grupos tienen plena autonomía, son permanentes y se encuentran coordinados dentro de la Comunidad PAEC (todos aquellos integrantes de sus actividades que voluntariamente quieran participar en ellas).
— Tiene una inspiración en la filosofía clásica y en algunos de sus postulados. Donde la democracia, la participación y oralidad tiene un papel destacado, dejando espacio para la comunicación y enseñando a debatir y solucionar los conflictos con asertividad y sin acritud. Buscando siempre la paz.


Actualmente PAEC se ha aplicado en enseñanza Primaria, Secundaria y en la Universidad. Igualmente ha salido a la acción social más directa trabajando con colectivos desfavorecidos: inmigrantes, exprostitutas, divorciados, personas en riesgo de exclusión social…
Su ámbito de aplicación es principalmente la Comunitat Valenciana, aunque hay contactos con otras comunidades españolas para difundir PAEC en ellas y lo que nos resultó sorprendente, pero motivador, solicitudes mostrando su interés desde Hispanoamérica.

Lo siguiente prometido es una historia, que trataré sea breve. ¿De dónde sale esto? Pues nace como una idea de necesidad de un proceso opositor para la docencia en el año 2008, donde se ha de presentar a nivel teórico una programación original, pero real, para un curso académico. Solicitud nada sencilla, aplicable, pero diferente a todo lo realizado. Ahí surge ese PAEC primitivo a nivel teórico, aún sin nombre. ¿Qué decir de las ideas? ¿Quizás primero un sueño? Pienso sinceramente que no es un mérito personal vislumbrarlas. Aunque, sin querer personificarlas, simplemente ellas están ahí y solo en algunas circunstancias oportunas se puede alcanzar a verlas. Yo tuve la suerte, que así considero, de poder idear PAEC, siendo la gran dificultad y esfuerzo desarrollarlas y plasmarlas de forma práctica, por buenas que ellas sean.

Tras esta satisfacción teórica, casi me olvido completamente de ella. El año siguiente comencé mi labor docente, aclimatándome al entorno (lejos de mi hogar) y a la nueva profesión. Hasta que un día, más o menos ya acostumbrado al nuevo oficio, recordé aquello que creé en papel y pensé ¿y si de verdad lo pongo en práctica? Pues así lo hice, y funcionó mejor que lo esperaba. Los alumnos disfrutaban, además de que mejoraban su rendimiento académico y algo nada despreciable, yo también me deleitaba de forma inenarrable con cada una de mis sesiones. La satisfacción es algo que nunca se debe olvidar, aquello que hacemos disfrutando sale mucho mejor.
Sin embargo lo mejor, pero lo mejor con diferencia, fueron esos comentarios, esas experiencias que el alumnado me señalaba (y qué si me lo permiten los editores, algún día me gustaría hablar de ellas). Casos perdidos que se sentían de nuevo estimulados por la educación, alumnado ACIS (Adaptación Curricular Individual Significativa, es decir con más de dos cursos de diferencia con sus compañeros) que me mostraban que por fin entendían algo y lo que es mejor incluso: que se notaban integrados como nunca antes con sus compañeros… que por primera vez tenían amigos.
Después de ese curso, y como he prometido ser breve, continué haciendo y disfrutando PAEC con mi alumnado. Hasta que un día, en que unos compañeros me encontraron con la guardia algo más baja y confiado, me animaron a difundirlo: ¿Ya que funciona tan bien por qué no expandes su efecto positivo todo lo que puedas?» y dicho y hecho, me animé a decir que sí y comenzar su difusión.

Pero cualquier idea por buena que sea, lleva un camino largo hasta su materialización. En estos años ha habido numerosos sinsabores: puertas que no se abren y otras que lo hacen y sin saber motivo ni razón, tras numerosas conversaciones previas, se corta la comunicación; intentos de plagio, afortunadamente estos pueden copiar dinámicas o técnicas de PAEC, pero no la filosofía ni los principios transformadores y altruistas que lleva.

Sin embargo, también ha habido resultados muy positivos que me han animado a seguir adelante: Investigaciones donde los indicadores (encuestas, entrevistas…) han resultado incluso mejor de lo esperado; publicaciones en reconocidas revistas indexas, Congresos Internacionales… y también alcanzando a medios de comunicación de masas destacados a nivel autonómico (El Levante, radio de À Punt…) con noticias y entrevistas; entrada en el mundo académico universitario (UNED, Universitat de València); o más recientemente la creación de la Asociación del Método PAEC que presido y el acceso a asociaciones de renombre donde realizan PAEC (cedido altruistamente)  como es el caso de Cáritas València. Junto a esto, hay previsión de colaborar con instituciones artísticas y culturales y la elaboración de un manual inicial de PAEC que estará disponible próximamente.

 

Todo este esfuerzo y camino ha merecido la pena sinceramente, pero miro hacia él y entiendo el deseo de plasmar en la realidad un proyecto que yo tuve. Una persona con un sueño, con una idea. Pero es aquí donde debo maravillarme y mostrar mi eterna gratitud a la gente que me está ayudando ahora en él.

Tras muchos años en solitario, con gente que me ayudó y apoyó, empezó hace ya un tiempo un grupo de compañeros que colaboraron más activamente conmigo como Difusores de PAEC. No tengo hacia ellos, suficientes palabras para agradecérselo. Que yo gaste horas y tiempo, vale, es mi proyecto, pero… ¿Por qué ellos?

¿Cuál es la motivación de todos ellos? Sin duda transformar y hacer un mundo mejor.

La mayoría se acercaron pensando que PAEC sería una herramienta para mejorar su labor, luego, creo, se sintieron tan fascinados como yo por él. Rafa auténtico polímata y la primera persona que se unió a mí, Fernando filólogo, tesorero de nuestra asociación y trabajador incansable en los múltiples proyectos de investigación que está realizando, Lorena que hizo uno de mis cursos universitarios por recomendación de su hermana que es amiga mía… hasta dejar de ser hermana de… y ser nuestra secretaria y experta en la inclusión de personas con discapacidad, entre otras muchas más cosas… y Sara, nuestra especialista en trabajar con grupos de exclusión social, y Aída doctora en Bellas Artes y comisaria de exposiciones museísticas, y Tamara, traductora, docente y antes alumna de una de mis ponencias, e Isabel también filóloga de francés, y… todos los compañeros y compañeras que han ayudado, venido y vendrán.

Ahora ya no es solo mi sueño, mi idea y mi proyecto es un proyecto abierto a todos. Donde gente, y qué gente (currículums que solo pueden causar admiración: filólogos, lingüistas, psicólogos, sociólogos, políglotas, pedagogos…), que ceden gratuita y libremente tiempo de sus trabajos y de sus familias para realizar investigaciones, escribir artículos, aplicar y difundir PAEC en sus áreas de trabajo y conocimiento… sin esperar nada a cambio… nada no, su satisfacción y la de sus alumnos y beneficiarios, y ver como son la semilla y parte de esa transformación social que todos queremos.

Porque me considero afortunado de la idea que tuve, pero sobre todo de la gente que se ha unido a mí en el camino, gente única, talentosa, esforzada y maravillosa y de toda la que quiera unirse en el futuro.

Con mucha paciencia, esfuerzo, trabajo, pero también motivación y diversión. Juntos haremos crecer está ilusión compartida para, desde la educación, transformar y mejorar la sociedad.

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