Elecciones USA: balance y situación

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Elecciones USA: balance y situación

ELECCIONES USA: balance y situación Después del huracán de las elecciones norteamericanas de principios de noviembre, llega la hora de hacer balance de situación y

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ELECCIONES USA: balance y situación

Después del huracán de las elecciones norteamericanas de principios de noviembre, llega la hora de hacer balance de situación y de prestar atención a los detalles que nos ofrecen los resultados de estos comicios, tanto por su valor presente como por su valor futuro de cara a la evolución de una sociedad bastante crispada ya.

Quizá, el hecho más relevante de estas elecciones es que se ha impuesto por encima de todo lo demás un voto identitario más que un voto político.

La identidad ha jugado un papel principal en estas elecciones y ha habido más que un debate sobre cuestiones políticas, una disputa visceral entre diferentes formas de entender la sociedad norteamericana, y que se ha traducido en unas cifras de participación política nunca antes vistas en EEUU.

Del mismo modo que Joe Biden puede decir que ha sido el presidente electo con más voto popular en la historia de los EEUU, Donald Trump también podrá decir que mejoró su base de votantes en más de diez millones de personas en relación a las anteriores elecciones, en las cuales salió presidente frente a Clinton.

Ambas posiciones movilizaron a sus bases, y muestra de ello fue la masiva participación electoral.

Podemos encontrar diversas variables independientes que han influido tanto en el resultado de las elecciones como en la excepcional afluencia a las urnas, entre ellas, la catástrofe social y económica que generó la pandemia, el clima de enfrentamiento racial latente en EEUU y el voto por correo, pero quizás, como dijimos anteriormente, el papel que jugó el sentimiento de identidad con el que se votó en estas elecciones haya sido la clave para dichos resultados y participación.

PANDEMIA

Era evidente que los estragos que está provocando la pandemia a nivel internacional no iban a dejar de lado a los EEUU, pero de ahí a considerar que la derrota de Trump es debida a la pandemia puede ser excesivo, ya que según Associated Press (AP), en los 376 condados con el mayor número de nuevos casos de infectados por coronavirus per cápita, más del 90% de estos condados votó republicano.

VOTO POR CORREO

Viendo la que se avecinaba, Trump planteó una estrategia basada en crear confusión y en embarrar el resultado de las elecciones a base de transmitir un mensaje nítido sobre el fraude en el que se basaba el voto por correo, a sabiendas que debido a la excepcionalidad de la Covid-19 el voto por correo iba a ser más elevado de lo habitual, y a sabiendas igualmente que, tirando de históricos, el voto por correo beneficiaría al bando demócrata.

Este voto ya batió récords días antes de las elecciones, y casi 100 millones de estadounidenses habían votado por adelantado antes de que los colegios electorales abrieran las urnas el 3 de noviembre, lo que en términos comparativos indicaba que ya habían votado el setenta por ciento del total que votó en los comicios de 2016 (fuente: US Election Project).

VOTO RACIAL Y MINORÍAS

Otro de los factores que habría que tener en cuenta en estas elecciones es el de las minorías. En un mundo cada vez más obsesionado con los datos, hemos comprobado como los resultados ofrecen en ocasiones paradojas sobre el voto y su predicción. Por ejemplo, en los resultados del voto negro y latino podemos ver como tras toda la gran campaña del BLM en los meses previos a las elecciones, el voto negro demócrata cayó en un 4,5%, mientras que el apoyo latino a los republicanos subió en un 6,5%, llevando a Trump a quedarse con un tercio de los votos de este colectivo, a pesar de las reiteradas manifestaciones poco neutrales durante su mandato con respecto a ambos colectivos.

Múltiples variables se escapan y quizás, una mezcla entre variables ausentes y variables presentes mal interpretadas con o sin intención previa, lleven a ofrecer una serie de conclusiones erróneas que conducen directamente a pronósticos futuros equivocados.

Para el caso del voto de las minorías, este se debería tratar enfocando el análisis desde el punto de vista del sistema electoral norteamericano, el filtrado del voto en los colegios electorales y los censos de población. La importancia de estos últimos es básica, ya que mucha población negra y latina no está inscrita en censo alguno y por tanto no accede al derecho al voto, por lo que la representatividad de estos colectivos en función de estos resultados últimos puede no ser la correcta, ya que no se sabe a ciencia cierta la composición misma de dichos colectivos.

En resumen, unas elecciones en las que el candidato ganador ha sido el más votado en la historia de los EEUU con casi 79 millones de votos y a su vez es considerado por la mayoría como un mal menor para el país, y el candidato perdedor ha sido el segundo candidato más votado a su vez en el histórico de elecciones norteamericanas, mejorando su cifra de las anteriores elecciones en casi diez millones de votos, deja claro que la movilización política de hoy se realiza desde el enfrentamiento y desde la oposición visceral, centrada más en la defensa de la identidad y la lucha contra el adversario que en la labor política, de ahí el peligro de entrar en una etapa de inactividad intelectual política a cambio de introducirnos en tiempos de confrontación en los que lo más importante sea tener claro el mensaje del líder y quién es el oponente al que hay que derribar sean cuales sean las medidas a tomar.

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